Aprovechando que mis aloes empiezan a estar en flor, creo que es un buen momento para hablar de esta planta.
Originaria de las Islas Canarias, y muy cultivada por sus propiedades medicinales. Esta planta de elegante belleza con hojas verde-azuladas, carnosas y dispuestas en roseta.
Es una de las de más fácil cultivo que podemos tener. Es ideal para zonas expuestas al sol y/o de difícil riego.
En su cultivo tendremos que tener en cuenta algunos consejos:
- Localización: Situar en un lugar bien soleado, aguanta perfectamente pleno sol, aunque demasiado sol vuelve las hojas coloradas y marrones.
- Sustrato: Un sustrato algo suelto, para cactus, o mezclamos sustrato universal con algo de arena, es importante que tengan buen drenaje.
- Riego: Cuando notemos la tierra seca, aunque aguanta largas temporadas sin regar. En invierno no regar.
- Floración: Agrupadas en espigas de hasta cincuenta flores cada una, de color amarillo anaranjado.
- Multiplicación: Mediante los hijuelos que le salen de la base cuando esten un poco crecidos, los sacaremos de la tierra y dejaremos que se sequen unos días para que cicatricen bien, y evitar podredumbres, y se plantarán individualmente.
- Plagas: Muy raramente afectadas por cochinillas. Es una planta muy resistente.
- Trasplantaremos cuando veamos que las raices salen por los agujeros de drenaje a una maceta algo mayor, preferiblemente de barro y no regaremos seguidamente tras el trasplante, sino pasado unos días para que cicatricen bien los posibles daños en las raices.
Es una planta muy recomendable, ya que es muy fácil de adquirir, cuidar y mantener, además de por los usos cosméticos de su savia.
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