Había una vez, en una ciudad dónde el sol quema en verano y el frío hiela en invierno, una ventana que lucía preciosa todo el año. Daba igual la estación en la que estuviera, pues siempre estaba llena de colores, y orientada al sur, el sol acariciaba sus flores durante todo el día.
Pero un día los ojos que la miraban y cuidaban se marcharon de ciudad, y la ventana entristeció viendo pasar el verano que quemó sus colores, el otoño la desnudaron de hojas, y el invierno hizo que durmiera en el olvido y ya no volvió a brotar.
Seca pasó las estaciones, hasta que un día caluroso de Julio, los ojos que la miraba y cuidaba regresó, y subió la persiana despertando por fin a la ventana de su largo letargo.
DESPIERTA
¡Qué bonito! Cuida esa ventana y ponla bonita. ¡Y sube la foto!
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